The Recluse - Jenika Snow

 
Dijeron que estaba loco por aceptar un trabajo para un multimillonario recluso en medio de la nada. Dije que era un respiro para el mundo y para mí.

Cocinar y limpiar para Finlandia “Fin” Hawthorne en su finca apartada situada en cien acres parecía ser la recarga que necesitaba. Ninguna interacción con la sociedad, la vasta naturaleza salvaje como mi patio trasero y la probabilidad de tener que socializar realmente con mi nuevo empleador era casi nula.

Eso me pareció el escape perfecto. Dijo que le gustaba su espacio, su privacidad. Me dijo que esperaba que me gustara estar solo la mayor parte del tiempo. Bien por mi.

Y luego me encuentro con Fin cara a cara. Es rudo, insensible y distante, sin mencionar que es un hombre imponente y magnífico. Y una mirada a él me hizo imaginarme arrojada por encima de su hombro mientras me llevaba a su habitación y me devoraba.

No debería querer a mi empleador, pero cuando mi jefe se parecía a él ... nadie con el corazón latiendo podía negar la atracción brutal que se derramaba sobre Fin.

De inmediato, no me perdí cómo siempre parecía estar donde yo estaba. Vi la forma en que me miraba constantemente, siguiéndome con sus ojos como si estuviera hambriento y yo fuera lo único que podía saciar su hambre.

Y Dios quería ser su comida. 

Estaba jugando un juego peligroso, pero saber que podía desenredar a un hombre como Fin lo hacía aún más atractivo.